jueves, 5 de enero de 2012

Retrato de Yves Saint Laurent

De espectacular se puede, y se debe, catalogar la exposición que la Fundación Mapfre de Madrid ha organizado entorno a la figura de Yves Saint Laurent. Una muestra con un montaje exquisito, digno de la belleza y la teatralidad de los diseños del modisto.

Se ha apostado por una retrospectiva que no deja de representar ninguna de las aportaciones de Saint Laurent a la moda, así como una selección de elementos que nos acercan más a su figura como persona y creador, donde destaca la recreación de su estudio, sus fotografías o vídeos con entrevistas que concedió a lo largo de su carrera.

Una carrera que desde sus inicios fue exitosa, ya que comenzó en la prestigiosa casa Dior, para rápidamente crear su propio emporio, o mejor dicho, la gran casa de alta costura de la segunda mitad del siglo XX y comienzos del XXI, donde construyó una serie de patrones de comportamiento que todos copiarían y que se han prolongado hasta la actualidad.

Dichos patrones de conducta quedan perfectamente descritos en los propios contenidos de la exposición, a través de los cuales, llegamos a la conclusión de que Yves Saint Laurent no inventó nada y, a la vez, lo inventó todo. Con esto me refiero a que no fue él quien transformó la forma de vestir de las mujeres como sí hicieran en su día Chanel y Balenciaga, ni siquiera inventó ninguna prenda novedosa, sin embargo, él fue el artífice de lo que es en sí la moda contemporánea. De él surgió lo que hoy son las tendencias, el “revival”, el intercambio de la pasarela a la calle, el préstamo directo, por no decir apropiación, de otras culturas, de otras épocas, de otras artes. Yves Saint Laurent fue quien puso en marcha ese bucle en el que ahora la moda se ve imbuida, con mejor o peor acierto.

Pero Saint Laurent, como iniciador se desmarca, incluso hoy, de todas las repetitivas colecciones que aparecen cada año porque a diferencia de otros, sus interpretaciones siempre fueron exquisitas, propias de un hombre curioso, cultivado y dispuesto a sorprenderse a sí mismo. Todo el recorrido es una revisión de todas las fuentes de inspiración de las que se valió el diseñador: la moda masculina en sus trajes sastre, en sus chaquetones marineros, o en las cazadoras copiadas de los jóvenes pandilleros de la década de los sesenta; de todas las culturas y tradiciones supo extraer la esencia para reconvertirla en auténticas joyas que trasladan al espectador a África, China o la España del Romanticismo; y el arte es otro de sus temas recurrentes, aunque los resultados sean los más obvios por caer en demasía en la literalidad de las obras en las que se inspira.

Lo cierto es que su fijación en el arte viene de su propia faceta como coleccionista, sin embargo, él mismo, y aunque aseguraba no ser un artista, trabajaba como un artista en el sentido más clásico de la palabra: partiendo del dibujo como herramienta de creación, y es que los dibujos de Saint Laurent son uno de los contenidos más importantes de la exposición. Esos rápidos y acertadísimos bocetos son el germen de toda la belleza que después lucirían las maniquíes. Ellos mismos son auténticas obras de arte.

En definitiva, esta es una muestra a la que recomiendo ir, no solo para conocer mejor a un icono de nuestro tiempo, constructor de una nueva forma de entender la moda, sino porque es una de las pocas exposiciones organizadas desde el respeto, el amor y la admiración que Piérre Bergé, presidente de la Fundación Yves Saint Laurent y pareja del diseñador durante más de cincuenta años, sentía hacia el artista, es decir, hay un componente de complicidad e impronta personal que la hacen destacar de entre el resto de las exposiciones, más científicas y también más frías.

Yves Saint Laurent

Hasta el 8 de enero de 2012

Fundación Mapfre Madrid

Apuntes sobre las interpretaciones de Yves Saint Laurent:

Aunque sí apostó por el esmoquin femenino y el traje pantalón, la mujer de la época ya estaba más que introducida en el mundo del pantalón gracias a la audacia de personajes como Mademoiselle Chanel, el mérito de Saint Laurent fue ofrecer un punto de vista sensual a dicha prenda. Uno de los grandes logros de su carrera.

Yves Saint Laurent aparecía cada temporada con una revisión de períodos y culturas diferentes, muchas veces muy literales, otras realmente brillantes, como la polémica colección de 1971 inspirada en la Segunda Guerra Mundial, pero no fue el primero en buscar inspiración en lugares o tiempos remotos, quizá el gran maestro fue Balenciaga, el cual no copió de manera literal, sino que asimiló esas fuentes y las hizo completamente suyas, como por ejemplo, su famosa manga japonesa, o su novia inspirada en el arte de Zurbarán.

Nota sobre la última foto: Abrigo de la polémica colección de 1971, inspirada en la década de los 40 y la Segunda Guerra Mundial

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TEXTO: CELIA CONEJERO JARQUE

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2 comentarios:

  1. Muchas gracias por publicar el post!! así repasamos esta gran exposición... por lo visto el otoño que viene será Gaultier el que tenga exposición en la Fundación Mapfre:
    http://www.hoyesarte.com/exposiciones-de-arte/proximas/10917-retrospectiva-de-jean-paul-gaultier-en-la-fundacion-mapfre.html

    Besos!!

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  2. gracias a ti q es tu texto!! pues habrá q ir a ver a Gaultier no??? la próxima vez espero publicarlo más pronto! jaja un beso Celi!!

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