Si hay unas botas fetiche desde hace unas cuantas temporadas, esas son las de la diseñadora francesa Isabel Marant. Y no me refiero a un modelo concreto, de momento, sino a las botas como emblema máximo de la casa; no en vano Marant comenzó su carrera como diseñadora de accesorios.
Temporada tras temporada, la emergente firma -de la que próximamente hablaré- presenta un look sport chic sencillo con un calzado que se convierte en joya para cada uno de los outfits que propone. Las primeras -y aún actuales- y más reconocibles son las de media caña con pliegues para distintos tipos de diseños y tejidos. La ropa de Marant sumada a las botas de media caña crean un efecto optico que estiliza la figura femenina de una manera casual.
Entre sus seguidoras destaca la ex modelo Elle Mcpherson que, fiel al estilo Marant, se coloca un vestido mini de manga francesa para acompañar el calzado. El truco y parte de la clave de su éxito es llevarlas con prendas mini o ajustadas y, a poder ser, sin medias y ¡también en verano!
También las lleva Diane Kruger con un total look en negro, menos impactante pero también aceptable -imagen inferior-.Uno de los modelos que le abrió a Isabel Marant las puertas de la gloria fueron los botines "Otway", que, en 2009, causaron furor por todo el mundo, se agotaron -con las consiguientes listas de espera- y así se convirtieron en uno de los iconos de la casa. Una de sus fans más incondicionales es Sienna Miller que no duda en colocarse las versátiles piezas en múltiples ocasiones -tres últimas fotos-. Ni la misma creadora pudo avecinar su éxito.
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