El genio Darren Aronofsky fascina a sus clásicos adeptos y a su nueva audiencia con una cinta en donde vuelve a mostrar las entrañas de sus enigmáticos protagonistas. En Cisne Negro, esa protagonista es Nina (Natalie Portman), una bailarina de personalidad pura que vive con una madre super protectora que dejó su carrera en el ballet para cuidarla.
En cuanto Nina es elegida para ser primera bailarina de una nueva versión de El Lago de los Cisnes, su coreógrafo, Thomas Leroy (Vincent Cassel), le insta a que saque su lado oscuro a través del onanismo y la soltura contra su perfección. Es en ese proceso de cambio de los personajes donde Aronofsky despliega todo su arte, tal y como enseñó en 2000 en su desgarradora Requiem por un Sueño.
Cisne Negro es una película con una realización a base de planos subjetivos, una cámara en constante movimiento (con secuencias grabadas desde la nuca de la protagonista) y donde abundan los planos cortos sobre generales. Como añadido y, tal como muestra el cineasta en la mayoría de sus films, una vez más nos enfrentamos a otro con escasos pero contundentes diálogos cuya función es únicamente apoyar los gestos y buen hacer de unos actores genialmente dirigidos.
Cisne Negro es una película con una realización a base de planos subjetivos, una cámara en constante movimiento (con secuencias grabadas desde la nuca de la protagonista) y donde abundan los planos cortos sobre generales. Como añadido y, tal como muestra el cineasta en la mayoría de sus films, una vez más nos enfrentamos a otro con escasos pero contundentes diálogos cuya función es únicamente apoyar los gestos y buen hacer de unos actores genialmente dirigidos.
La realidad es que pocos directores consiguen en el espectador lo que Darren Aronofsky con Cisne Negro: que nos metamos dentro del cuerpo y de la mente de su heroína de forma automática, con su dolor, su sufrimiento, su triunfo... Y lo más importante: que DISFRUTEMOS del cine. El último mérito que destaco del director norteamericano es que con esta cinta -al igual que con su Luchador-, accede al gran público, lo que suponía un imposible con su excéntrica ópera prima -Pi- y mucho menos con la incomprensible La Fuente de la Vida. Recomendadísima.
La tengo pendiente, qué ganas de verla!!! A ver si pillo una promoción en los cines UGC, jejejeje. Un besito :)
ResponderEliminarhttp://ununiverspleindecharme.blogspot.com/
uy, la tengo en la lista desde hace tiempo!!!
ResponderEliminarpero a mi La Fuente de la vida no se me hizo incomprensible!! todo lo contrario, aunque admito que la estructura despista de buenas a primeras, pero ahí el espectador tiene al mejor aliado en la banda sonora :) y bueno, me gustó mucho más que El Luchador...
gracias!! incomprensible para los que nos gusta no, pero sí para otra gente que me lo comentó que quizá no estén tan acostumbrados a este tipo de cine de autor. A mi me gustan todas las suyas, de momento no me ha defraudado, qué le vamos a hacer...
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