No era para menos. Hacía ya más de un año que la banda holandesa Epica no pisaba nuestro país y además ésta vez era especial. Muchos de ellos lamentaron el gran parón del grupo hace dos años a causa de la grave enfermedad que a punto estuvo de costarle la vida a su vocalista, Simone Simons, infectada con el virus MRSA. Para los que ya les vimos hace cuatro años en su tierra, tan sólo se trataba de comprobar cómo Epica no sólo se afianza en España, sino que ha crecido hasta convertirse (probablemente) en la banda de Rock Metal Sinfónico más importante de Europa (digamos que para Nightwish y Lacuna Coil, predecesores de éstos, los días de gloria pasaron a mejor vida). Sea por la ya empalagosa saga “Crepúsculo” o por todas esas series de televisión como “True Blood”, es cierto que los vampiros están de moda. Y ahí que se presentaron cual cascada de color negro a lo largo de la calle Princesa de Madrid para asistir al único concierto que Epica ofreció en nuestro país para presentar su “Design your universe”. Estaba hasta Drácula con su sombrero y su capa, enfadado porque no paraban de pisársela, pero al menos no mordió a nadie. El concierto no empezó a su hora, sino un cuarto de hora antes. Un sonido espectacular envolvió la sala Heineken desde el primer instante. Y ahí aparecieron (con el cartel de “entradas” agotadas bajo el brazo) Mark Jansen (el indiscutible y carismático líder), una recuperadísima y pelirroja Simone Simons y el resto de componentes de la banda (algunos de ellos nuevos). Durante casi dos horas incesantes deleitaron a una entregadísima sala con canciones antiguas y memorables como “Cry for the moon” o “Quietus” o su nuevo single, “unleashed”, todos temas cañeros donde Epica demuestra su verdadera fuerza y poderío sobre el escenario. Poco tiempo dejaron para las baladas.
Tan solo cayó “Tides of time”, de su último disco, un momento en el que Simone se convirtió en la Diosa que es y su pelo rojo ondeó al son del ventilador como si fuera fuego. En suma, canciones que se alargaban hasta diez minutos, chillidos ensordecedores por parte de los espectadores (sobretodo cuando Mark se quitó la camiseta o cuando se acercaba a tocar al público), mucho movimiento de melenas y, sobretodo, rock contundente acompañado de la voz mezzosoprano de la que hoy en día es considerada una de las cantantes más bellas del mundo.
Quizás por que todo siga siendo igual en ella, su voz, su (ya buena) salud y su belleza, los miembros de seguridad se llevaron apresuradamente a Simone tapada a la salida del concierto sin dejar que nadie le hiciese fotos u osara a acercarse.
Con el resto de la banda pudimos hablar tras el evento, los cuales nos aseguraron que estaban encantados con el público español y que volverían muy pronto. Nosotras aún no damos crédito al increíble concierto que los holandeses nos brindaron. Larga vida a Épica.
FOTOS: Virginia Cortina y Virginia Vega
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