Sexo en Nueva York 2: La crítica

Tal y como me han pedido, ahí va mi review de la segunda parte del film de una de las series más aclamadas de los últimos tiempos. Más vale tarde que nunca…
Lo primero que me llama la atención es lo hastiadas que deben estar las chicas para abandonar la Gran Manzana por Abu Dhabi. De hecho, al principio de la trama, cada una de ellas muestra su descontento actual y sus ganas de desconectar de la ciudad (El matrimonio de Carrie y Big no funciona, Charlotte no puede con sus hijas, Miranda tiene problemas en el trabajo y Samantha se aburre cual ostra). Tantos años amando Nueva York para ahora querer salir corriendo… Una primera parte de la película (en la que aún están en NY) que se hubiese hecho eterna de no ser por el despliegue de modelitos y lujo extremo que te deja embelesado/a. Mientras en Nueva York lucen outfits extremos, imaginad el despliegue de sus vacaciones en Abu Dhabi. Es tan grande la suma de miles de dólares que llevan las protagonistas en algunas escenas (como la del karaoke, sin duda de los mejores momentos), que los creadores de ésta segunda parte han recibido duras críticas de algunos sectores a causa de la ostentación que procesan en estos tiempos de crisis. Pero es que Sexo en Nueva York es eso. La gente va al cine para creer en cuentos de hadas en los que hay un príncipe irreal llamado Mr. Big y una princesa, Carrie (véanse los modelazos que luce en los encuentros con Aidan) que vive en los mundos de Yupi. Por mucho que Sarah Jessica lo niegue, la gente quiere mucha moda y mucho Big; sin esos dos ingredientes no sería lo mismo, ni en Nueva York, ni en Abu Dhabi, ni en la Conchinchina.

En suma, el film de Michael Patrick King se hace entretenidísimo pese a sus casi dos horas y media de duración. Se nota que el realizador se entrenó con la primera parte llevada a los cines de Sexo en Nueva York y aquí hace un ejercicio más redondo. Quizás el primer film se quedó en un capítulo más de la serie (más largo y rodado en cine) y ésta segunda se parece más a una película. Pese a ello, Patrick King denota su desentreno en cine; se trata de un director que funciona a la perfección en televisión pero al que le cuesta creerse el Séptimo Arte. Esto es así a causa de una planificación sencillísima en la que el realizador no arriesga nada: los planos recurso son pobres, no hay muchos planos secuencia, ni en detalle o generales… se queda en un ejercicio estático y mínimo. El guión está bien hilado aún con algún detalle mal resuelto como cuando Carrie se olvida el pasaporte en el mercadillo para intentar justificar el por qué de su regreso al mismo. La respuesta a si yo recomendaría ésta película la resuelvo fácil: Sí. Sí porque Sexo en Nueva York 2 nos da lo que queremos: momentos de Samantha inolvidables, moda insuperable por otros films venideros (olé Patricia Field) y mucha Carrie Bradshaw en estado puro.